Los PPA son contratos de compraventa de energía renovable entre un productor y un consumidor corporativo, es decir, empresas y otras organizaciones, a un precio previamente pactado y a largo plazo, normalmente entre 5 y 20 años.

Gracias a la PPA y al uso de energías renovables en sus instalaciones, las empresas consumidoras reducen su huella ecológica en el entorno. La energía procede de una instalación renovable (eólica o fotovoltaica, en general) o de un grupo de ellas.

Hasta hace 10 años, este tipo de contratos era aún algo marginal. Pero una década después, la compra corporativa de energía renovable se está convirtiendo en uno de los principales impulsores de desarrollo global de tecnologías limpias. Solo en 2019 se firmaron PPA por valor de 19,5 GW en comparación con los 0,1 GW de 2010.

EE.UU. sigue siendo el principal mercado para los contratos de compra venta de energía a largo plazo, si bien los PPA se van extendiendo en Latinoamérica, y empiezan a despegar en Asia, África y Europa.

Sin embargo, pese al crecimiento, en muchos países de Europa, por ejemplo, todavía existen muchas trabas administrativas y reducir estas barreras es vital para que este tipo de acuerdos de energía limpia puedan convertirse en un modelo energético mucho más extendido.

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