En el período de doce meses, desde agosto de 2024 hasta julio de 2025, más de las tres cuartas partes del consumo de electricidad en Colombia provinieron de fuentes bajas en carbono, lo que representa alrededor del 74% del total. La energía hidroeléctrica constituye la mayor parte de esta categoría, generando aproximadamente el 65% de la electricidad del país. Mientras tanto, las fuentes de combustibles fósiles generaron algo más de una cuarta parte del total, con el gas y el carbón como los principales responsables, cada uno contribuyendo con cerca del 14% y el 8% respectivamente. En cuanto a la energía solar, aunque representa una minoría, contribuye con un 5% al mix energético del país. El consumo de petróleo y biofuels está presente pero en niveles bajos.
¿Está creciendo la electricidad en Colombia?
La electricidad per cápita en Colombia muestra una ligera caída comparada con su récord histórico. En 2025, el consumo total de electricidad fue de 1662 kWh por persona, una disminución de 43 kWh en comparación con el máximo alcanzado en 2024. La generación de electricidad baja en carbono también ha experimentado un declive. En 2025, se generaron 1226 kWh por persona de electricidad de fuentes bajas en carbono, lo que representa una disminución de 81 kWh en comparación con el récord de 2017. Estos descensos son alarmantes en un contexto global que exige incrementos en la generación eléctrica limpia para satisfacer las necesidades de un futuro más electrificado.
Sugerencias
Colombia podría mejorar su generación de electricidad baja en carbono inspirándose en las exitosas experiencias de otras regiones. Países como Francia y Eslovaquia logran más del 65% de su electricidad de origen nuclear. La adopción de esta tecnología podría ayudar a Colombia a asegurar un suministro constante de electricidad limpia. Además, el país debe considerar seriamente aumentar su capacidad de energía solar, aprendiendo de naciones como Chile y Emiratos Árabes Unidos, que han logrado considerables porcentajes de generación mediante esta fuente. Por último, aprovechar también el potencial del viento como lo hace Dinamarca, podría diversificar aún más el mix energético colombiano.